La inflamación es la respuesta del sistema inmunológico del cuerpo ante una lesión o infección. Se caracteriza por:
La inflamación tiene varias causas comunes:
La inflamación es una respuesta protectora que intenta:
Sin embargo, también puede causar daños si es excesiva o persistente.
Hay dos tipos principales de inflamación:
El sistema inmune libera varias sustancias durante la inflamación que provocan enrojecimiento, calor, hinchazón y dolor:
La inflamación permite que los glóbulos blancos adquieran acceso al tejido infectado y eliminen agentes nocivos. También aísla la infección y prepara la curación, removiendo células dañadas y estimulando la regeneración. Es una respuesta adaptativa vital que protege al cuerpo.
La inflamación funciona removiendo tejidos dañados, combatiendo infecciones, aislando 'invasores' corporales y preparando la reparación de tejidos. Sucede en una secuencia coordinada para defender al organismo contra daños potenciales. Aunque puede causar malestar, es absolutamente necesaria para la supervivencia.
Sin ella, las infecciones persistirían y se diseminarían, y las heridas no cicatrizarían adecuadamente. Nuestro cuerpo depende de la inflamación para mantener la homeostasis y la salud.